Seguridad en el siglo XXI, punto y aparte (2ª parte)

La semana pasada, en nuestro post sobre seguridad, ya mencionábamos las consecuencias para la seguridad que puede tener el Internet de las Cosas (IoT). Gartner estima que en 2020 habrá más de 20.000 millones de dispositivos conectados a la Red en todo el mundo,una cifra que podría ser inclusosuperior con la reciente moda de los wereables. En este escenario, y con la escasavoluntad que manifiestan las autoridades europeas y nacionales por una estandarización de los requisitos mínimos que deben reunir este tipo de dispositivos,todo apunta a que la privacidad online de los usuarios puede verse seriamente comprometida.

Juguetes como la muñeca inteligente alemana My Friend Cayla, ya revelaron la vulnerabilidad de los dispositivos IoT, al permitir a extraños tener una conversación con las niñas. Pero hablamos de un amplio espectro de dispositivos que van, desde cámaras IP que pueden ser hackeadas y utilizadas para espiar a nuestros hijos o incluso a nosotros mismos, hasta dispositivos que gestionan y controlan ciudades (Smart Cities) e infraestructuras comocentrales nucleares o el suministro de agua, en los quela acción de un potencial incidente de seguridad supera la esfera personal. Por ejemplo, la posibilidad de alterar la composición del agua al hackear el dispositivo que lo controla,podría acarrear consecuencias letales para la salud.

Sin ánimo de alarmar, es importante, por un lado, que la sociedad en general haga un ejercicio de reflexión sobre la idoneidad y la necesidad de que cualquier dispositivo de uso cotidiano tenga que estar conectado a Internet- ¿De verdad existe la demanda de un alimentador para mascotas automatizado conectado a Internet?-y, por otro, que los usuarios empiecen a concienciarse de que las múltiples ventanas que se le abren a Internet con este tipo de dispositivos, se deben securizarse con el objetivo de ponérselo difícil a los hackers. En este sentido, desde TP-Link recomendamos a los usuarios que tengan en cuenta los siguientes consejos:

  • Investigar las prestaciones y las características de seguridad del dispositivo IoT antes de comprarlo.
  • Cambiar los credenciales de fábrica de los dispositivos. Utilizar contraseñas robustas y únicas para las cuentas del dispositivo y las redes Wi-Fi. Evitar passwords fácil de recordar y muy sencillas de adivinar como“123456” o “contraseña”.
  • Utilizar un método de cifrado seguro cuando establecemos nuestro acceso de red a la Wi-Fi (WPA2).
  • Muchos dispositivos vienen con una amplia variedad de servicios habilitados por defecto. Es conveniente deshabilitarlossi no vamos a hacer uso de ellos.
  • Desactivar o proteger el acceso remoto a los dispositivos IoT cuando no se estén utilizando.
  • Chequear de forma habitual la web del fabricante para actualizaciones del firmware.

Por TP-Link

Fundada en 1996, TP-Link es un proveedor global de dispositivos y accesorios de redes fiables, involucrados en todos los aspectos de la vida cotidiana. La firma analista IDC clasifica a la compañía de manera sistemática como el proveedor número 1 de dispositivos Wi-Fi*, suministrando dispositivos a más de 170 países y brindando servicios a miles de millones de personas en todo el mundo. Con una herencia probada de estabilidad, rendimiento y valor, TP-Link ha generado una cartera de productos que satisfacen las necesidades de redes de todos los usuarios. Ahora, a medida que el estilo de vida conectado continúa evolucionando, la compañía se está expandiendo hoy para superar las demandas del mañana. Para saber más sobre nosotros, puede obtener información de contacto regional de la parte "Contáctenos". Para solicitud de medios, envíe un correo electrónico a marketing.es@tp-link.com. * Según el último informe trimestral de seguimiento de WLAN de IDC en todo el mundo, versión final del primer trimestre de 2019.

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