Desde finales del 2020 hemos presenciado una escasez de chips semiconductores. Inicialmente se pensó que era un problema temporal pero lo cierto es que a escasas semanas de terminar el año el problema continúa.
Para entender por qué hay escasez de chips primero debemos tener en cuenta que cada vez más productos electrónicos requieren de éstos para su funcionamiento, por lo que la demanda se ha incrementado en los últimos años. Sin embargo, las expectativas del mercado se habían cumplido perfectamente. Entonces ¿qué ha ocasionado la crisis de esta industria?
- Medidas preventivas de la Covid-19. Con la decisión de los gobiernos de limitar las actividades de ocio los consumidores se vieron limitados al no poder viajar, ir a restaurantes y tener que pasar más tiempo en casa por lo que destinaron más recursos a la adquisición de productos electrónicos.
- Teletrabajo. El teletrabajo nos llegó de golpe y la mayoría de las empresas no estaban preparadas. Esto tuvo como consecuencia un aumento en la demanda de dispositivos para trabajar desde casa.
- Boom del IoT y dispositivos 5G. Nos encanta la tecnología y lo que hace por nosotros. Con el crecimiento de la domótica y la inclusión cada vez mayor de dispositivos 5G se multiplicó la demanda de dispositivos compatibles con estas tecnologías.
- Minería de criptomonedas. El bitcoin ha tenido también un papel protagónico. El uso de criptomonedas y de bitcoin ha tenido un aumento de casi 900% en 2021, por lo que la demanda de ordenadores y tarjetas gráficas para el minado de criptomonedas se ha desbordado.
- Poca previsión. Taiwán y Corea del Sur son los grandes productores de chips del mundo. Sin embargo, la fabricación de chips estaba pensaba para una menor demanda, ya que no había manera de prever lo que iba a suceder.
- Cambio climático. Incluso el clima ha tenido una participación en esto, ya que las bajas temperaturas que se presentaron causaron averías que retrasaron la producción de chips.
¿Cuál es la solución?
Los principales fabricantes de chips ya han realizado inversiones importantes para ampliar su capacidad de producción. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los resultados no se dan de la noche a la mañana.
No obstante, el panorama a futuro es favorable, ya que las fábricas se encuentran operando al 100% de su capacidad. Esto tendrá como consecuencia un stock que cumplirá perfectamente con las necesidades de los consumidores, lo que se traduciría igualmente en una disminución del precio.
