La tecnología y la ciencia parecen haber sido, desde tiempos inmemoriales, un coto exclusivo de los hombres. Y a las cifras me remito. Solo en la industria española de las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC), el 15,4% de los especialistas eran mujeres en 2016. Una cifra un poco inferior a la de la Unión Europea (UE), que se situó ese mismo año en el 16,7%, según la oficina comunitaria de estadística, Eurostat. Es más, sólo el 19% de los trabajadores del sector TIC tiene a una mujer como jefe. Y la brecha existente entre géneros parece que seguirá in crescendo. Pues, según datos de la industria, solo en los países de la OCDE, uno de cada cinco graduados en informática y telecomunicaciones son mujeres. En España, en concreto, sólo el 8% de las alumnas de 15 años asegura querer estudiar Informática, frente a un 15% de los chicos
Es cierto que hay sectores dentro de las TIC donde esta diferencia de sexos es prácticamente inexistente. Hablamos del mundo de los videojuegos, en el que, según un estudio de la industria, el 55% de los jugadores españoles son hombres frente a un 45% que son mujeres. A pesar de ello, en estos ambientes se sigue respirando un cierto ambiente sexista, propio de tiempos y actitudes del pasado, que ha provocado una escisión de sexos en las competiciones del sector, creando eventos por y para mujeres exclusivamente. Hablamos de Gaming Ladies, que se celebrófinalmente el próximo 27 de julio en Barcelona. Y es que, tras sufrir una primera cancelación, pues la empresa de la industria que cedía su espacio para el evento no pudo soportar las presiones del sector después de la avalancha de críticas y comentarios sexistas que inundaron las redes sociales tras el anuncio, Gaming Ladies ha conseguido una nueva ubicación y revindicar el poder femenino en una industria clave para la economía. Según datos del sector TIC, la industria española del videojuego generó el pasado año más de 1.160 millones de euros, lo que significa un crecimiento del 7,4% más que en 2015.
La organizadora del evento, la gamer Marina Amores, ha puesto la primera piedra, reclamando un espacio, donde las mujeres puedan jugar y expresarse libremente, sin tener que escuchar comentarios relacionados con su condición sexual, y mostrar su potencial como gamer, con independencia de su sexo. El 27% de los jugadores online dice no sentirse a gusto compitiendo en el mismo equipo que una mujer y los premios en las ligas femeninas de eSports apenas alcanzan los 15.000 euros, a repartir entre los cuatro mejores equipos, mientras que, en la del sexo opuesto, el premio para el equipo ganador rebasa los 20.000 euros y los 55.000 euros para los siguientes tres clasificados.
Está claro que, a pesar de que la presencia femenina en este sector es prácticamente igual que la masculina, las libertades que gozan uno y otro sexo distan mucho de lo que se esperaría en una sociedad avanzada en pleno siglo XXI. Seguir conquistando espacios mostrando su valía es el único camino para reivindicar la igualdad de la mujer en un sector tradicionalmente de hombres.
